Raspall

Es la expresión máxima de la libertad de entregarse sin dudar al libre albedrío de la gestualidad. La obra plástica de Lluís Salvador integra la dualidad de los opuestos a través de la acción y la disposición de recursos geométricos que aluden a la pureza del Suprematismo.

 

El proceso creativo se limita a la perspicuidad de la intención, donde la obra se reafirma a sí misma como la entrega completa del sentido del control.


El dominio de la intención del artista pone de manifiesto la voluntad de la entrega al resultado. En ese resultado, el trazo es un producto y sirve de mecanismo al gesto, mientras el cepillo es el instrumento creador de impecables sistemas orgánicos vacíos de juicio y llenos de designio.


Cada una de las estructuras sistemáticas creadas por el libre movimiento de Lluís, vienen a representar la diversidad de la humanidad en los múltiples sistemas en los que éste se acoge.

Detrás de la plasticidad del gesto, Lluís aprovecha la energía e historia de cada una de sus herramientas para arrancarles el ADN impregnado de la acción de limpiar y trasladarlos a la obra final, de esta forma consigue enaltecer la exclusividad del objeto dotándole de un sentido sostenible y social.


Lo que estuvo fuera está ahora adentro, lo que fue arriba es ahora abajo y todas las posibilidades que el espectador quiera dar a la obra son admisibles. La libertad de gestar la plasticidad se extiende a la de conceptualizar la creación gracias a verosimilitud de la entrega a la libertad.

Texto curatorial: Cristina Gómez